Cada día veo cientos de caras. Las hay de todos los tipos. Tanto por sus rasgos faciales como por lo que expresan. La multiculturalidad del metro es evidente, se mezclan las vidas de muchas personas. Y aunque sólo sea por unos minutos, personas procedentes de todas las partes del mundo, comparten un mismo espacio y un mismo camino.
Pero sus expresiones son como un libro abierto. Hay caras de alegría, de tristeza, de cansancio, de amor, de desprecio... Puedes escoger y con cada uno de ellos tienes una historia diferente. ¿Por qué están allí? ¿De donde vienen? Bueno, que cada día hay mil y una historias que pasan ante nosotros...

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