domingo, septiembre 12, 2004
Cansancio, miedo, soledad, lejanía, hambre, sueño... Letanía incesante que te repite tu cuerpo y tu mente. Kilómetro tras kilómetro, día tras día. Hasta que un día las cosas empiezan a mejorar, un día parece que empiezas a alcanzar tu sueño. Y ese día es el que empiezas a añorar tu casa, tu tierra, tu gente, tu comida, tu... Ese día es el que decides que tarde o temprano volverás aunque solo sea para ver todo aquello que ya no tienes.



La vuelta a casa, aunque sólo sea por unos días, es el nuevo peregrinaje. Una vez al año hay que ir a enseñarles lo bien que estás, una vez al año hay que ir a ver la familia, una vez al año hay que sentir esos olores, una vez al año quieres ver tus colores, una vez al año quieres y puedes, es el sueño. Es como volver al sitio que has visto tantas veces en esa fotografía vieja que siempre llevas en la cartera.