miércoles, agosto 23, 2006
Hace escasas horas que he vuelto de Egipto y tal y como me pasa siempre todavía estoy digiriendo todo lo que he visto, los sitios en los que he estado y por supuesto alegrándome por la gente que he conocido.

El Nilo, el Valle de los Reyes, los templos de Luxor y Karnak, los Colosos de Mennon, Kom-Ombo, Aswan, Abu-Simbel, El Cairo.... Pero quien mejor para hablar de Egipto que Hermes, hijo de Zeus y dios entre otros de los viajeros:

¿No sabes, ¡oh, Asclepio!, que Egipto es la imagen del cielo y el reflejo del orden total de las cosas celestes? Has de saber, sin embargo, que venrá un tiempo en que parecerá como si de la piedad con que los egipcios se entregaron al culto de los dioses hubiera sido vana, y como si todas sus invocaciones sagradas hubieran sido igualmente vanas y no hubieran sido oídas. La Divinidad dejará la Tierra y volverá al cielo pues renunciará a Egipto, su vieja sede, que quedará huérfano de religión y robado de la presencia de los dioses... Entonces esta tierra, santificada por tantos santuarios y templos, quedará sembrada de tumbas y muertos ¡Oh, Egipto, Egipto! De tu religión sólo quedarán vacuas narraciones que la posteridad ya no creerá, y frases esculpidas en la piedra, que hablarán de tu piedad...

Miles de años de historia que se han convertido en la principal fuente de ingresos de un país. Un país que su economía gira mayoritariamente en torno al turismo... Un país dónde no he visto muchos ciber-cafés aunque si muchos anuncios de Adsl. Un país como en muchos otros países árabes en el que la micro-empresa, casi unipersonal, es lo que se palpa en la calle. Vamos que la mayoría se tienen que buscar la vida como pueden con sus business.

Falta de infraestructuras, de medidas sociales tanto laborales como personales. País con mucha presencia policial para garantizar una visita tranquila del turista. Se ven medidas antiterroristas por todas partes, aunque en la mayoría de las ocasiones no se utilizan. Los arcos detectores de metales y los espejos para los bajos de los vehículos, junto con el omnipresente uniforme blanco de la policía turística se hacen parte del paisaje.

Pero por otro lado la calidez de sus gentes y su hospitalidad hacen de Egipto un sitio en el que la historia y la antropología se funden en un delicioso espectáculo visual.

Un viaje para recordar sobre todo por los compañeros de viaje. Un montón de gente que me he ido encontrando a lo largo del camino y que han caminado conmigo...

Aquí os dejo un video con algunas fotos del viaje. Espero que lo disfrutéis...


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2 Comments:
Blogger Manu said...
Hola Carlos

¡Qué envidia! Me alegro e que te haya gustado Egipto... y ya contarás.

Un abrazo.

Blogger Carlos Guadián said...
Manu, qué alegria saber de ti. La verdad es que aunque corto ha sido intenso. Acuérdate de Perú pero a lo bestia.

Ya contaré algo más. Y a ver cuando nos vemos...

Un abrazo a Berta, Iosune y Marian