Todo un deleite el paseo nocturno por un castillo iluminado, de planta circular, característica que le da un encanto especial. Además la noche acompañó, tuvimos una temperatura primaveral que nos hizo disfrutar de una velada muy agradable. Al pasear por su patio y mirar hacia arriba uno puede imaginarse en pleno siglo XIV y que se encuentra en una construcción que ejerció las funciones de palacio y de fortaleza a la vez.

Su pasillo superior con una sucesión de arcos infinita, ya que no tiene ni principio ni fin, seguro que enmarcaron escenas de una historia que ya sólo se refleja en los libros. Y por supuesto desde la parte superior, con las tres torres flanqueando la circularidad del mismo se tiene una visión de la ciudad única y predominante. Vamos todo un lujo que han hecho especial esta visita a Palma de Mallorca.