domingo, noviembre 02, 2003
El sombrero de copa

Sombrero de copa, alto, negro. Sugiriendo altitud y dándole esbeltez al cuerpo. Sobre la cabeza o en la mano reverenciando el paso de una señorita. Qué prestancia, qué elegancia. Todo porte sin copa no es porte. Pero, al erigirse hacia el cielo como si de una chimenea ciega se tratara, establece el punto por el que te vislumbrarán. Sirve para ti, pero sirve para los demás.

Dejó de usarse hace años y hace años que no sabemos nada de él. Encerrado en cajas, subidos a desvanes y pasto de las polillas. Que triste destino para quien ha estado en la cima, para el que ha disfrutado con todo, para el que ser visto y admirado por todos lo era todo. Ahora, olvidado, sin usar, acumulando polvo.

Pero un dia, nos acordaremos de él. Lo rescataremos y aunque no le demos el mismo uso que se le dió, seguro que recupera todo su esplendor. Navegar hacia mares abiertos como se de la trayectoria de un péndulo se tratara. Todo va y todo viene.

The life of the top hat