Un conocido
De repente aparece una cara y te saluda. ¡Hola! Perplejo, te lo quedas mirando y contestas sin saber quien es. !Hola¡
Inicias una conversación de reconocimiento, intentando sonsacar pero sin decir nada. ¿De qué lo conoces? ¿Cómo se llama? ¿Por qué no te acuerdas?
De repente te acuerdas y en la primera oportunidad lo haces notar diciendo su nombre o recordando en voz alta alguna circustancia común.
Pero puede que no te acuerdes y acabe la conversación como si de dos desconocidos se hubiese tratado. Al rato, después de muchas vueltas te acuerdas y te das cuenta de lo tonto y desmemoriado que eres, además de pensar en lo mal que habrás quedado con la otra persona.
Pero también puede que sólo se acuerde la otra persona y cuando lo haga notar, te hará sentir como si él no hubiera tenido ningún problema en saber quien eras tú.
En definitiva, ¿no te ha pasado nunca?
Saludar a un desconocido puede ser saludar a un futuro amigo