jueves, septiembre 01, 2005
Las Galápagos Pobres


Cuando por fin llegamos a Lima rozando la media noche y sin tener ningún alojamiento reservado, estábamos demasiado cansados para tomar una decisión inmediata. Pero la casualidad de la vida hizo que coincidieramos con Marian, Manu, Berta y Iosune que tenían previsto hacer una ruta parecida a la nuestra, así que tras acordar de buscar una solución entre todos y ver la posibilidad de alquilar una combi para viajar por la noche hacia Pisco, fue lo que decidimos hacer.

Nuestro conductor, Juan Francisco con una llamativa cabeza rapada al cero, nos llevó por la panamericana hasta lo que sería nuestro punto de partida en Perú. Llegamos por la mañana temprano, aproximadamente hacia las siete de la mañana. No nos costó nada encontrar un sitio para dormir la noche siguiente y como si se hubiera tratado de llegar y triunfar, fue llegar y salir pitando hacia las islas Ballesta y la reserva nacional de Paracas.

Es un paraiso animal que uno no se espera encontrar en aquellos islotes rodeados por el oceano pacífico. Miles y miles de Guanay, Piqueros, Pingüinos, Leones Marinos que se alimentan de la anxoveta que crece en un entorno favorecido por las frías aguas de la corriente de Humbolt. Pero no es sólo la riqueza animal lo que contienen estas islas, hay algo más derivado de ellos mismos. El Guano, fertilizante natural que vale su peso en oro y que una vez al año es recojido por toneladas por más de 700 braceros llegados del altiplano.

Pero también podemos encontrar otro tipo de tesoros, como el Candelabro, geoglifo al estilo de las líneas de Nasca o Palpa, pero en este caso visible desde desde la misma superficia, no como en Nasca donde es necesario sobrevolar con una avioneta las líneas para poder discernir que representan.

Junto a estas islas, tocando a la costa se encuentra la reserva nacional de Paracas. La combinación de un paisaje sahariano con sus dunas de fina arena recortándose contra el cielo y una costa agreste, perfilada de una arena de tono teja configuran una espectacular vista de lo que puede llegar a dar de si la naturaleza.

Para ser una primera toma de contacto no estuvo mal y desde luego el primer recorrido visual nocturno de un país hasta ahora desconocido fue más que interesante. Colores de palidez nocturna, un entorno de rasgos marcados y sobre todo mensajes y mensajes de carácter electoral por doquier. Y eso que todavía les queda un año para la próxima contienda, donde aunque parezca increible el sr. Fujimori vuelve a presentarse y aunque parezca increible por lo que se podía escuchar tiene posibilidades reales frente al actual presidente de origen indio el sr. Toledo.

Otro primer contacto fue con la bebida que caracteriza el coctel de bienvenida, el "pisco sour" una combinación de Pisco, clara de huevo, lima exprimida y canela. Desde entonces ha sido un trago casi obligado el resto del camino.Y como no, las primeras comidas de un lugar situado en la otra punta del mundo. Ceviches, Yuca, pescados aderezados con lima y con aromas peruanos. La ciudad que le da nombre tiene un urbanismo de marcado carácter colonial, igual que la inmensa mayoría de ciudades latinoamericanas. Una tejido urbano centrado en una plaza de armas y de entramado en cuadrícula conforman una ciudad donde ya se empieza a notar que el turismo, sea de tour operador o de mochila es la principal fuente de ingresos.


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