Ante la pantalla del portátil estoy quemándome las pestañas últimamente y es que no paran de surgir nuevas propuestas, mejores ideas y ganas de llevarlo todo a cabo. Pero por contra no sólo se me están quemando las pestañas sino también mis horas de vida analógica. Poco tiempo para ir a comprar, poco tiempo para disfrutar con los amigos, poco tiempo para el ejercicio físico...
¿Perdón qué es eso?
Esto mismo le sucede a gente que conozco y yo pienso que a veces, si no voy con cuidado, puede pasarme a mi también. Suerte tengo que me pegan alguna colleja de tanto en tanto y me hacen ver las maravillas del mundo real.
Maravillas que uno deja de tener en cuenta no porque ya no disfrute con ellas sino sencillamente porque las ha olvidado.
Menos mal de esas collejas, menos mal de esos amigos...
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