En la
ignorancia se refugian la mayoría de seres humanos y digo que se refugian por que en la mayoría de ocasiones no hacen el más mínimo intento de salir de ella.
La sensación de oscuridad que puede llegar a causar como si de una jaula de cristal opaco se tratara puede impedir ver con cualquier atisbo de claridad que es lo que tienen ante si. Y por supuesto la curiosidad que sería el camino natural, la vía de escape yace de manera lánguida en la más penosa de las perezas.
Y esta
ignoracia se hace manifiesta cuando se oye hablar con autoridad sobrevenida a muchas personas sobre temas en los que saben que los demás normalmente saben menos que ellos. El hablar de oídas y sobre todo la citación de alguien que no recuerda quien, es algo más que habitual.
¿Y que hacer ante situaciones de este tipo? Pues sencillamente uno puede dejarlos ser alguien en un momento que no les va a llevar a nada o por otro lado si se tiene conocimiento de causa intentar rebatir esa falacia liberada.
Pero la reacción ante la que nos podemos encontrar puede ser de reconocimiento implícito o por otro lado de encabezonamiento y testarudez en una falsedad que ya tiene asumida como verdad propia.
En fin, hablar con prudencia, de aquello que sabéis y sobre todo con conocimiento de causa. Las verdades absolutas no son universales y la mayoría de las cosas tienen diferentes maneras de poder verse.
Se que el relativismo no es un camino acertado en determinados temas, pero la complejidad humana es tal que éste adquiere consistencia y solidez para poder debatirlo casi todo.