Ya ha caido otro año más. Ya son taitantos. Qué pasada.
Desde luego, qué diferente es la vida que uno lleva de cómo se la imaginaba cuando era pequeño.
La vida es una continua sorpresa. Pienso que hay que dejarse sorprender, le añade esa pizca de sal que a todos nos gusta poner para que las cosas sean más sabrosas.
No me arrepiento de nada que haya hecho, quizás si de alguna cosa que no haya hecho. Pero como decía nosequien, no hay por que preocuparse por aquello que ya no tiene solución, y desde luego lo que tiene tampoco porque ya se solucionará.
Como dicen en "El club de los poetas muertos":
Carpe Diem